Soledad,
desmembrada con pedazos de carne
Y gargantas
ambiguas;
Lengua
superflua desdibujada
En los
vagones de necrofilia herbal
Y la
oscuridad de estos nervios carcomidos
Innecesarios,
y ansiosos de lobotomía.
Te refriego
mi alma en tu boca
A ver si le encuentras
algún sabor…
Me trago
esos sueños tuyos
De dientes
caídos, y dedos necróticos
Ven ahogarme
en este acuario de dientes;
De paz
digital,
Y uñas
carnívoras
Mi soledad
necesaria y ventrílocua;
Me invita a
esta exposición de fotografías
Memento Mori,
Para
encontrar algún recuerdo
Que me haga
entender
Lo fría que
puede ser la paz.
Sebastián Oyanedel Davison - Noviembre 2013
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