Una orgía de vírgenes,
en pleno acto catatónico de ambigüedad,
es lo que tengo dentro del pecho
Labios indecentes, rancios y mordidos,
Es lo que tengo metido en las vísceras
Soy la carne dentro de tu piel,
Y tus lagrimales, que debes
refregar
Diáfano rostro inconcluso
De pura soberbia,
Y un dragón fumando tabaco a mi
lado
Eso es lo que tengo metido
dentro de las costillas,
Un coro de lobos, tan narcisos,
Tan impíos y sexuales…
¿Te beso los dedos?
Quiero que sientas la
temperatura y la humedad,
Que puede alcanzar una soledad
A ver si esa necesidad de
falsedad,
Que tenemos pegada en la boca,
Nos puede acompañar
¿Me puedo sentar a los pies de
la cama?
Quiero ver las arrugas que
tienen
Las esquinas de tus pómulos
Un mar de dientes quebrados
Es lo que tengo en la garganta,
Un violín desafinado,
descuartizado
Mutilado, violado, desangrado,
vomitado,
Intoxicado, enterrado,
desenterrado, escupido,
Afeitado, rasurado, eyaculado, inseminado,
incinerado,
Reventado, adormecido,
acariciado,
El contacto de una mente y otra …
¿Cuál será la forma que torna
una lágrima, cuando
Se revienta en el suelo?
Yo puedo lamer cada movimiento
que efectúa tu boca,
Cuando trata de sonreír
Pero la soledad nos ha vuelto tan
reales,
Que no soportamos la idea que
todo sea real
Sólo quiero que mi felicidad sea
la real,
No la tuya…
Por
eso acuéstame entre tus piernas
y
léeme, alguno de los versículos;
de
la biblia de nuestras mentiras,
Los
protocolos de la hipocresía;
este
mundo nos necesita,
pero
antes...
¿Te puedo pedir algo?
Necesito que limpies mis labios
con los tuyos,
Están sucios…
Si gustas puedes desvestirme,
tengo las manos ocupadas
Sujetándote el rostro
Las pinturas que tienen tus ojos,
La música que tiene tu mente,
El caos que hay dentro de tu
cuerpo,
Es lo que tengo metido dentro
del mío.
Sebastián Oyanedel Davison - Junio 2014
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