Y nada… bueno…
A veces siento que el amor me va a terminar matando,
Pero de una forma tragicómica,
Porque todo lo que conlleva el enamorarse,
Es del más perfecto e incisivo humor negro…
Es tanta la soberbia y el narcisismo
Que nos revientan las venas
Y todo aparece de manera súbita,
Como un disparo en la cabeza,
como un auto lanzándose al vacío
como un baño de ácido y
un método de tortura medieval
Tu olor está aquí, dentro de mí;
lo respiro de vez en cuando,
así como respiro tus palabras,
a veces me pongo a pensar también
en la textura y el color de tu sangre,
la simetría de tus dientes,
las comisuras de tus labios cuando intentan de sonreír,
tu perfil;
el odio que intentabas reprimir
Era de esperar que nuestro juego de asesinatos
Nos terminaría revolcando
En la suciedad de nuestras heridas
Todos mis pensamientos desordenados,
El sabor a alquitrán de mis labios,
Toda esta ansiedad;
Todo era para ti,
Todo este descontrol infantil,
Mis costillas,
Mi aire...
Aquí viene la luna a reírse de nosotros,
Estamos sudando asustados y envenenados,
Y a veces siento que la sangre se me revuelve,
Y me elevas para dejarme caer;
Luego me recoges para subirme más alto
Y dejarme caer
Es entretenido verme pegar el porrazo,
Es casi una sensación de placer incontenible,
Mi descompostura,
eres el afán y el ansia
que no pude superar
y se me desborda cada vez que la carne me tirita
y los nervios se me irritan
Estar cerca de ti y escucharte reír
Es como escuchar la risa de un demonio
El color de tus labios
Tiene el mismo color al fuego del infierno
al que vamos a ir parar.Sebastián Oyanedel Davison - Marzo 2015
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