jueves, 5 de marzo de 2015

A veces siento que el amor me va a terminar matando

Y nada… bueno…
A veces siento que el amor me va a terminar matando,
Pero de una forma tragicómica,
Porque todo lo que conlleva el enamorarse,
Es del más perfecto e incisivo humor negro…

Es tanta la soberbia y el narcisismo
Que nos revientan las venas
Y todo aparece de manera súbita,
Como un disparo en la cabeza,
como un auto lanzándose al vacío
como un baño de ácido y
un método de tortura medieval

Tu olor está aquí, dentro de mí;
lo respiro de vez en cuando,
así como respiro tus palabras,
a veces me pongo a pensar también
en la textura y el color de tu sangre,
la simetría de tus dientes,
las comisuras de tus labios cuando intentan de sonreír,
tu perfil;
el odio que intentabas reprimir

Era de esperar que nuestro juego de asesinatos
Nos terminaría revolcando
En la suciedad de nuestras heridas

Todos mis pensamientos desordenados,
El sabor a alquitrán de mis labios,
Toda esta ansiedad;
Todo era para ti,
Todo este descontrol infantil,
Mis costillas,
Mi aire...

Aquí viene la luna a reírse de nosotros,
Estamos sudando asustados y envenenados,

Y a veces siento que la sangre se me revuelve,
Y me elevas para dejarme caer; 
Luego me recoges para subirme más alto
Y dejarme caer

Es entretenido verme pegar el porrazo,
Es casi una sensación de placer incontenible,
Mi descompostura,
eres el afán y el ansia
que no pude superar
y se me desborda cada vez que la carne me tirita
y los nervios se me irritan

Estar cerca de ti y escucharte reír
Es como escuchar la risa de un demonio

El color de tus labios
Tiene el mismo color al fuego del infierno
al que vamos a ir parar.

Sebastián Oyanedel Davison - Marzo 2015



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