Tus labios
de Taltos
Engendrados
en el loto
De algún
demonio casquivano,
Tu lengua;
una pesadilla árabe
Lamiéndome
la mente,
De tu boca
súcuba
Las lianas
de algún árbol sumerio
Con las que
me ahorcarás
Hasta
descuadrarme la garganta
Toca tu lira
de plata
Hasta que me
veas desangrado en la Alhambra,
Tienes mis
venas inflamadas;
Tus ojos de
mercurio,
Y tus
dientes con el veneno perfecto,
Con la
porción y la medida precisa.
Rasgúñame
todas las capas de mi piel,
Hasta que no
exista superficie,
hasta que
veas lo real, lo intangible,
lo etéreo y
trascendental.
Ella baila
sobre un harem de escorpiones
Y su vientre
es el movimiento
De todas las
partículas del cosmos
Acerca tu
universo depravado a mí,
Quiero
corromperme,
Arrastrarme
en el desierto
Y mirarte
los dientes,
Atraviesa
esa aguja en mis dedos,
Abre mi
cabeza
Cómete las
neuronas,
Déjame sin
sueños
Mátame el
tiempo
Es tu
alquimia arcana,
Tu hambre caníbal,
Tus uñas de
Mesopotamia
Báñate en mi
sangre,
Purifica los
errores,
Cambia de
sabor
Ella es
parte de un pacto hereje,
Ella tiene
la mente maldecida,
Ella tiene
la carne podrida,
Ella suda obscenidad
de los labios,
Ella baila con
las serpientes,
Ella colecciona
huesos y membranas,
Ella es mi
perdición hasta el fin de los tiempos
Ahórcame y luego
muérdeme con tu mejor veneno…
Sebastián Oyanedel Davison - Noviembre 2016
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