miércoles, 10 de febrero de 2021

Me llevas dentro - Poesía




Me llevas Dentro


Buenos días

amante de mis pesadillas.




Ven a quedarte conmigo esta vez,

mi cariñosa blasfemia

en un arranque

de labios nicotínicos,

ojos de húmedo lívido.



Ven a terminar conmigo

el réquiem de Mozart

para la música

de nuestro encuentro.



El derrame de nuestros corazones

como una inquisición de brujas,

amante venenosa



con un vestido de funeral

para lucir.



Siento la muerte

tan amistosa

en la mordida carnal

de nuestros besos,



estoy detrás de tu alma de agua

apretándote las entrañas,

lamiéndote la locura,

escribiendo

sobre el muslo de tu pierna,

rozando el clítoris

con el lápiz;



el evangelio

de nuestros demonios

que habitan en nuestra mente.



Soy todo lo que quieras que sea,

porque me llevas dentro,

en tus días de coñac,

en el vacío al que llaman hogar.



Soy todo lo que piensas:

tu mentirosa soberbia,

mis uñas en tus piernas.



Soy todo lo que llevas dentro

para enfermar

los conductos y los fluidos,



esa extraña sensación de extrañar.



Ven a pecar conmigo,

a cubrir de pestañas

nuestra desnudez

y cánones de belleza irracional.



Mi voz dentro de tu oído

como un demonio rezando

sobre la corteza cerebral,

con gestos de ninfomanía;

es una transgresión

a los estándares normales

de extrañar.



Esa extraña sensación de olvidar

y asesinarte dentro de la sangre

y los pulmones.



Esa extraña sensación de extrañar;

muta y se expande

sin ninguna funcionalidad

mas que la de comerse los tejidos,



así como el sazón del tabaco y la cerveza

se carcome la saliva

y la música se devora

lo que se quiere olvidar.



El deseo y el temor

son sensaciones de búsqueda,

indecisión subliminal

de encontrar tonterías.



Tu lengua en sepia,

dedos alcoholizados,

moda de la fealdad,

teatro de los ciegos.



¿A quién quieres engañar?
con las esquinas de tu sonrisa;
no son para mí 
mas que una linda hipocresía.



Nos mentimos cada vez

para bebernos el hambre

y ser más superficial.



Soy todo lo que quieras que sea;

corrompiéndote,

mojándote,

la alegría de perder la dignidad.




Escrito por Sebastián Oyanedel Davison

No hay comentarios:

Publicar un comentario