sábado, 11 de enero de 2014

Esa vida tiene sabor a pesadilla

De esos sueños incoloros, con olores a sepia,
y ninfomanía desafinada en los lóbulos de nuestros oídos

De esos cuerpos con olor a angustia;
Almas atragantadas
Y raspando las paredes bucales,
Como abrazando un cadáver
A la orilla de la playa
En nuestra habitación

Tengo un recuerdo mordido
En algún momento de mi mente
Que te puede enseñar a olvidar

Esa pesadilla tiene sabor a vida
Y mi sabor tiene el tuyo;
Y el tren oxidado en el que llevo tu cabello
Por ese acuario de árboles inconexos
Y labios descuartizados,
Se parecen a los tuyos.

El borde de la cama tan arrugada
Y limítrofe;
Entre tu lluvia y la mía
Entre tus dientes y los míos
Entre mi sabor y el tuyo. 

Sebastián Oyanedel Davison - Enero 2014


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