Y te convertiría
en tiempo,
te
convertiría en bosque,
En arena,
Te despedazaría
por dentro
Y luego te
rearmaría,
Porque no
podría vivir sin la sensación
que me
provocas,
ese calor
omnipresente y psicodélico,
etéreo y
lívidamente terrenal,
Tienes una
brisa marina dentro de tus ojos,
y una
primavera siberiana en la sonrisa,
te lamería
la luna,
te arroparía
y acurrucaría,
te mentiría,
como nunca antes nadie te haya mentido,
me sentaría
en el parque al lado tuyo a verte fumar,
verte
apretar tus labios de menta,
te
acuchillaría la mente,
entraría en
tus sueños para depravarte;
estaríamos
tan cerca del borde,
llenos de
celos y vergüenza,
nos haríamos
perder la dignidad,
te
masticaría las huellas,
te haría tan
parte de mí,
te lamería
Neptuno
y me haría
aire para rasguñarte el cuello
Serías
música, energía y gravedad
Serías una
sensación desnuda;
Ambivalente,
Serías mi
Septiembre
y mi sangre
sin color,
Eres la
textura desconocida,
El ácido en
las papilas,
Te convertiría
en tiempo,
Le pondría
piel al sol;
Lo mordería,
Eres la
muerte viva,
Trascendente
e inmaterial,
Contigo soy
capaz de tragarme el universo,
Contigo saboreo
los colores,
Contigo mi
alma se vuelve magia,
Contigo las
razones no tienen fundamento,
Moriría y
reencarnaría en humo
Para vivir
dentro de tu boca,
Contigo el
miedo se vuelve enriquecedor,
Las palabras
se vuelven tangibles
Seríamos irreconocibles
e impredecibles,
Eres completa
en la incomprensión
Y amo los
detalles que te deforman
Y te vuelven
astralmente humana
Contigo me
bebo el mar,
Contigo me
violo a Dios,
Contigo soy
auténtico,
Contigo muero
y renazco todo el tiempo
Contigo la adicción
es más pura,
Contigo los
árboles se vuelven arquitectura
El arte se vuelve
muerte,
El sexo
infinito,
La música se
vuelve conciencia,
El calor se
vuelve estado,
La imaginación
en cosmos;
La sabiduría
en experiencia,
Me tragaría
tu mente,
Te abrazaría
y te apretaría,
Y te haría
tan parte de mí.
Sebastián Oyanedel Davison - Marzo 2016
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