sábado, 23 de abril de 2016

Abrázame el infierno

En la cuna de las polillas
Escucho mis bestias triturando dientes,
Quemando bocas,
Masticando encías,

En la mierda donde van a morir las moscas,
Hay una cascada de venas
sobre el cuello ninfómano
De un demonio budista
Y todas las serpientes me sonrieron
Para celebrar la mordida;
Aquí viene el amanecer
Y los cuerpos lunáticos
Rascándose la carne,
Vomitando las uñas,
El tiempo parece esquizofrénico
Y el vacío se vuelve materno

El semen del diablo;
Ahí está, en la lengua de las arañas,
Universo desencriptado,
Bosques medievales,
Vendimia de orina licántropa;
La orgía de las polillas,
Ven a abrazarme desquiciada
Lámeme el veneno,
Abocerrecernos cálidamente,
Sacudirnos la carne
Dormir bajo el agua,
Córtame los ojos,
Trágate las pestañas,
Arrodíllate, humíllate, arrástrate,
Ven a enfermar mi gravedad;
Vomita toda la juventud,
Te voy a sujetar el cabello para verte gritar de calor,
Verte el pecho sangrar,
Enciéndeme fuego,
Te voy a penetrar hasta las moléculas
Te voy a morder hasta los átomos,
Te voy a chupar hasta la conciencia,
Fóllame el cerebro
Me tienes trastornado
Me tienes trastornado,
Me tienes trastornado,
Me tienes trastornado,
Me tienes,
Me tienes,
Consumido,
Desnudo,
Abierto,
Sírveme como alimento para las ratas,
Por debajo de tus pies me voy arrastrar hasta morderte los dedos,
Pequeña mía,
Mi luna,
Mi muerte,
Mi sangre dentro de ti,
Tu respiración subliminal,
Ven a dibujar constelaciones tántricas
Rasgándome la espalda,
Quiero un café contigo,
Depravada, húmeda,
Estoy esperando que tu soledad se coma mi voz,
y pueda abrazarte como el infierno abraza
cuando está ardiendo.

Sebastián Oyanedel Davison - Abril 2016


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