Hoy desperté
con la misma angustia que la tuya;
Aunque solo
te muerdas los ojos con las pestañas
Tengo tu
sangre en una taza
y tu boca en
mi garganta
tengo tu
imagen como metida en las venas
y no se
puede salir
las ganas de
volver a verte la cara
y taparte el
cabello,
humedecerte
los dedos
y reírme de
ti de la forma tan cruel
con la que
siempre me he reído
Conversar
contigo hasta altas horas de la madrugada,
fumar
contigo,
hacerte el
amor como si fingiéramos
que no lo
vamos a hacer
y morderte
la mejilla,
tan solo
morder tu mejilla; ¿Te parece?
morderte la
mejilla y abrazarte hasta morir de angustia
Mi pequeño
mundo ya no existe,
ese del que
solo te hice parte a ti,
mis cinco
milímetros ya no existen;
esos de los
que solo te hice parte a ti
hoy desperté
con la misma angustia que la tuya,
nos conocemos
bien,
aunque a
veces hubiese preferido no haberte conocido nunca.
Sebastián Oyanedel Davison - Febrero 2014
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