viernes, 28 de febrero de 2014

Hoy desperté con la misma angustia que la tuya

Hoy desperté con la misma angustia que la tuya;
Aunque solo te muerdas los ojos con las pestañas

Tengo tu sangre en una taza
y tu boca en mi garganta

tengo tu imagen como metida en las venas
y no se puede salir

las ganas de volver a verte la cara
y taparte el cabello,
humedecerte los dedos
y reírme de ti de la forma tan cruel
con la que siempre me he reído

Conversar contigo hasta altas horas de la madrugada,
fumar contigo,
hacerte el amor como si fingiéramos
que no lo vamos a hacer
y morderte la mejilla,
tan solo morder tu mejilla; ¿Te parece?
morderte la mejilla y abrazarte hasta morir de angustia

Mi pequeño mundo ya no existe,
ese del que solo te hice parte a ti,
mis cinco milímetros ya no existen;
esos de los que solo te hice parte a ti

hoy desperté con la misma angustia que la tuya,
nos conocemos bien,
aunque a veces hubiese preferido no haberte conocido nunca. 

Sebastián Oyanedel Davison - Febrero 2014

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