sábado, 30 de mayo de 2015

Preparen la bañera con sangre para la perra amada

Me cagaste la psique
Y ríes como si nada
Venerar los monstruos debajo de mi cama
Puede ser más amigable
Que volver a enamorarse

Y volver a rezarles a esos labios tan rojos
Como la sangre que calentaste dentro de mí

La humillación es la mejor de tus poesías
Y tus metáforas sadomasoquistas

Entregarte en cuerpo y alma quiero,
Empapada en la sangre que robaste de mi cabeza
Dime ¿Cómo se siente?
Estar en el cielo en medio de una orgía de ángeles
Y ser la concubina de Dios

De la cuna a la castidad,
Mi pecho es un infierno que no supiste curar,
Por eso no ha de extrañar
Que el veneno de este té;
Es tan dulce y caliente
Como esa boca blasfema

La cena está lista madame,
Aquí está mi piel y mi carne;
Haremos un pacto en medio del bosque
Como dos amantes obsesionados;
Tus uñas en mi cuello
Y tu sonrisa embalsamada para mí,
Haremos un trato de crueldad
Con la sangre de tu boca y la de mi pecho,
Observaré la belleza de tu maldad
Hasta que se termine esta conciencia

Si tan sólo hubiese estado acostado a su lado;
Hubiera observado el brillo de esas lágrimas
Y nuestros labios habrían sido un puente
Entre la locura y sodomía
Y ahora arrodillado ante tus piernas de marfil
Envejezco junto a ti
Y escucho como música pagana
El sonido de tus palabras malditas
Que entran a mis costillas
Me mastican los pulmones
Y me dejan si aire una vez más

Estabas enamorada de la soledad
Y de nadie más;
Y ahora una piara de cerdos
Llevados a tu castillo
Con la ilusión de beber
Tu elixir lésbico de sanación y pureza

Esta paz enferma de la que soy adicto
El sonido de tu voz
Y la estructura gramática de tus mentiras

¿Encenderás la hoguera?
Cada minuto de calor
Me recuerda a ti
Y como se siente estar vivo
Con tantos pecados
Y fantasías

Haremos un recuento de tu eterno linaje de crímenes
Lameré la punta de tus dedos
Y oleré la textura de tus heridas

En su velador; un ajedrez
Con los dientes de sus esclavos
Cartas de romances endemoniados
A la orilla de su cama

Es fácil obsesionarse con la perra amada,
Y rendirse a los labios sincréticos
Hechos de demencia y admiración

Un día de estos hallaré tu alma recogida
En el lugar más estéticamente divino
Del infierno
 Y nos besaremos hasta que mi alma y la tuya,
Se pudran en el vacío que hemos formado
A través del karma y la indolencia
y sólo ser testigos de la belleza. 

Sebastián Oyanedel Davison - Mayo 2015


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