viernes, 5 de junio de 2015

Tenía ganas de sacarme el corazón y tirártelo por la cabeza

Si me sanaras del placer que nos provoca
Esa crueldad que llevamos dentro,
Te amarraría con mis vísceras
Para que te quedes
Y no dejes de pecar nunca

Me ha llegado a salir sangre
En la respiración
Y tú chupándote los dedos con ella,
Bailando conmigo la aristócrata;
En la corte feudal,
En medio de este suelo de ovarios lunáticos;
Mi mente es un gusano
Revolviéndome el estómago,
Quiero venderte mi alma
A los caprichos de tu insana voluntad

Esta indigna perturbación
De una locura medieval;
La luna en Venus;
Masturbándose con los dedos cortados
De su amante crucificada

Si te desmayaras en mis brazos
Te arrancaría el mentón,
Te llevaría a la cama del dragón misógino;
Te amarraría a la marquesa,
Te diría lo puta que eres
 Y me sacaría el corazón para metértelo en la vagina

¿Quieres mi alma?
Llévatela, juega con ella;
Mastícame la ropa,
Abrázame en esta bañera de serpientes

Hazme saber el miedo que tengo
Enséñame a vivir para ti,
Te habías enamorado de mi soledad
Y yo de tus perversiones
Te amo; mi querida perdición,
Hazme vomitar este océano de lava
Que tengo dentro del pecho
Rómpeme las cuerdas de este violín desafinado
Que construiste con mis huesos y mi garganta,
Cántame una canción para dormir
Entre tus muslos licántropos

Quiero dormir asustado
Entre bocas deformadas,
Mi sangre está servida
Para tu enjuague bucal

Esa vez tenía ganas de sacarme el corazón
Y tirártelo por la cabeza,
Si tan sólo yo
Hubiera escrito las palabras adecuadas
Para haberte reventado las venas
De ansiedad
Y el que se vació fui yo,
En la tortura tántrica
De introducirme tus dientes
Hasta la espina dorsal
Y mis labios hubieran conocido
Los enigmas sadomasoquistas
A través de pieles muertas
Bajo la lluvia
Y lenguas ateas
Lamiendo la cuarta luna roja

Y ¿Me vas a enfermar una vez más?
Te espero dentro de mis pesadillas;
Succionándome la carne,
Limándome la médula,
Ahogándome con cortesía,
Casquivana infame;
De la vulva inflamada,
Te vendo mi alma
Para que te la lleves al quinto infierno
A cambio de tu sensual hipocresía,
¿Me vas a enfermar?

quiero que te jactes de cada uno de tus pecados medioevos; 
... El amor es la más bella y soportable soledad.

Sebastián Oyanedel Davison - Junio 2015






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