domingo, 7 de junio de 2015

Quiero estar acostado a tu lado

Viéndote dormir,
Escuchando tus gemidos,
Observando tus pesadillas,

Las lunas se están cayendo,
Y los labios se rompen,
Si fueses tan amable de levantar mi lápida
Y sacarme de esta tumba,
Me sostendré de tu mano
Tan fuerte como nunca antes,

Me llevarás a bailar
Mientras las estrellas se mueren,
Y el brillo de tus dientes
Me haga sentir escalofríos de nuevo,

Si tan sólo pudieses saber lo que pienso,
En este cerebro podrido;
Si tan sólo pudieses entrar en mis sueños
Y verte a ti misma acostada a mi lado,
El calor de mis venas
Te recogería tan delicadamente

Quiero estar acostado a tu lado;
Cuando el sol ocupe tu cabello como filtro
Para iluminarte la boca
Y besarte cada herida,
Observar tu mundo
y lo lejos que está

Morir debajo de lunas ninfómanas,
Alimentarme de tu aire,
Entregarte mi piel como sábana
Y taparte en esta cama de cuchillos

Envolverte con el cuello de un flamenco negro
Los espacios desnudos de tu cuerpo,
Si pudiera entrar en tus sueños;
Te violaría,

Estaría ahí contigo hasta que se me acabe el oxígeno,
Y me tapes el rostro con las ramas de un árbol
Sembrado para el suicidio

Nuestras venas se enredaron
Como demonios siameses
Lamiéndose las mejillas

Hazme parte de esta herejía,
Y el mundo pagano que esconden tus labios;
De mitologías arcanas
Y azúcares con veneno

Quiero que me ahogues con esos labios,
Y me hagas sentir ese miedo enriquecedor
Entre campos infértiles
Y sueños morbosos
¿Te lamiste los dedos?
Cuéntame, ¿Que sabor tenían mis lágrimas?
Miel de abeja o sabia de árbol

En este estado limítrofe
En el que nos hemos cruzado,
Nuestro desequilibrio
Es la más pura dualidad

Has engendrado en mí una obsesión divina
Y llena de interminables interrogantes,
Si tan sólo pudieras leer mi mente,
Ahí estarías;
En tu seda de luto,
Observándome con aquella sonrisa
Que sólo un diablo puede aprender a gesticular,
Ahí estarías, durmiendo en tu cama de espinas
Y yo acostado a tu lado. 

Sebastián Oyanedel Davison - Junio 2015





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