Hemos
perdido la cabeza más de una vez,
Nos hemos
conocido por razones dementes
Y mis
demonios están ansiosos
De poner a
prueba tu inestabilidad
Bajo una
lluvia de vino
Me aprietas
como si me fuera a desmayar,
Ya me tienes
las venas vacías,
Creo que el
veneno que guardas dentro
Sólo quiere
ser útil para alguien,
Y no
hallaste nada mejor que comenzar
Desde mi
espina dorsal
Mi cielo
quiere caerse
Con tal de
estar cerca de ti,
Me sonreíste
como un ángel
Recién nacido
del infierno
Preparado
para hacerme trizas
¿Serías
siamés conmigo?
Sólo para
después sentir
El dolor
inexplicable de despegarnos
Respiraría
en tu cabello de hojas de otoño
Y te besaría
los ojos
Mis demonios
quieren conocerte
Y hacer un
pacto
Venerar cada
una de tus pesadillas
Compartir ese
miedo que anhelas sentir
Y el que te
mantiene viva,
Quieres estar
aterrada
Y no
sentirte más vacía,
Nunca más…
Podemos
cultivar el odio más dulce
Si me
rasguñas las pestañas,
Anoche soñé
con peces y medusas
Entre ellos
nadabas tú,
Sonriendo mientras
te ahogabas
Y tu sonrisa
era la de un ángel pervertido
Coqueteando mi
ansiedad
Esto es
desesperación y ambivalencia
Podríamos probar
algo del veneno natural
Con el que
nacemos
Llenar de
sentido
Cada uno de
tus silencios
Mirar tus
ojos de sol
Y quemarme
sin despegarme
Estamos llenos
de dudas y vergüenza,
Nuestros piropos
rencorosos
Como lobos
aullando sin luna
Estoy aquí
contigo en esta incertidumbre
Lamiendo las
esquinas de tus hombros,
Sabes que si
me llevas al cielo;
Nos echarán
a patadas
Y eso es lo
mejor de todo,
Ver cómo nos
caemos
Y azotarnos
contra el suelo,
De todos
modos
Tus demonios
me recibirán
Con los
brazos abiertos
Para destruirme
las neuronas,
No me
importaría perder la cabeza otra vez…
Sebastián Oyanedel Davison - Octubre 2015
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