Te observo,
En cada una
de las esquinas y terminaciones
Que hay en tu
rostro,
Tus gestos
diabólicos e insanos
La suciedad
de tus palabras
El aliento
lubricado y húmedo que tengo que respirar
para sentirme
envenenado y en paz,
ese derrame
entre las costillas,
ahí mareados
en una hoguera de tabaco
pellizcándote
los nervios
Tus venas
como las ramas de un árbol pervertido;
Las hormigas
mordiéndote la carne,
La sangre ya
no es suficiente
Para controlar
los escalofríos
Y no me
oxigena el cerebro
Muéstrame
los dientes,
Tengo fe en
tu paranoia;
Cuando tus
gusanos se coman mis costillas
Recién me
habré dado cuenta…
No dejes de
enfermarte
Tu mundo y
el mío se conocen a través del miedo;
Tan cerca de
mi ansiedad,
Tus cosquillas
ásperas
Que me desequilibran
la noción
Tengo mis
labios empapados,
Y el
infierno que hemos construido
Es el hogar al
que tanto anhelamos llegar
Las abejas a
las que hemos lamido
Nos echarán
en cara un día de estos;
La prepotencia
con la que nos hemos aborrecido,
Masticando sus
alas,
Crujiendo el
veneno,
Aquí; en
coma…
Me siento
feliz en esta incoherencia
Con la que
practicamos y damos a luz
Nuestra vergüenza
Te deseo de
una manera ninfómana
Y el diablo
enjuagándose los dedos;
Construyendo
su iglesia,
Besándonos los
pies
¿Estamos
dispuestos?
Te arrancaría
las membranas
Hasta verte
los huesos
Con hambre,
Con sed,
Con la
desesperación necesaria
Que nos
alimenta el morbo
Y nuestras
mentiras elegantes
Todas las
heridas hechas con sabiduría,
Pueden servir
Para este
desbalance químico
Te observo,
En la
simetría de tus arrugas,
En cada uno
de tus trastornos
y como te
obsesiona esta alegría
Estoy aquí
para que me muerdas los ojos
Y sangres
todo lo que tengas que sangrar
Para que te
sientas bien,
El verano
tiene lluvias que desconocemos;
Tu miedo es
el que me mantiene corrompido
En este
desequilibrio omnipresente y astral,
Ven a
abrazar mi espacio incongruente
De besos
herejes,
Desnudos siderales,
Lienzos pintados
a rasguños,
Bocas siameses,
Lunas calientes,
Y animales
sin celo….
Observo cada
uno de tus detalles.
Sebastián Oyanedel Davison - Noviembre 2015
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