Teníamos
algo íntimo,
Secreto, desbordado,
Teníamos los
pies en el aire,
Y la mente
viajando en órbita,
Sólo nosotros
comprendíamos nuestra locura,
Porque la locura
es un ser nuevo,
Que nació
entre tu mente y la mía
Y ¿Cuándo caminábamos?
Sólo nosotros
nos fascinaríamos
Con la humedad
en la calle,
Tengo tus
manías y tus gestos
En algo
sagrado e impenetrable,
Tu hacías
que mi mundo no tuviese significado
Porque no
era necesario preguntarme nada
Tu hacías
que mi cuerpo se transformara,
Tu cuerpo
una dimensión intangible y única
Toda tu
imperfección
Como una
matemática cósmica sin lógica
Teníamos
algo tan real y onírico
Algo tan
impuro y desbocado
Teníamos las
entrañas por el suelo
Teníamos los
ojos venosos
Y la carne
húmeda
Éramos cosmos
y pasado,
Tierra y
agua,
Luna y
Mercurio;
Toda la
degradación,
El vacío y
la soledad,
Tocarte fue
como tocar el océano
Besarte fue
como lamer el fuego
Peinarte el
cabello
Fue como
tragarme la lluvia
Desmaterializado,
ardiendo
Con las
membranas en las manos
Mi sed de
sexo y tortura,
Mi nihilismo,
Mi sabia
ignorancia
Todo fue
para ti,
Porque éramos
lobos
Y ahora
estás tan viva
En alguno de
aquellos grupos de neuronas
Destinadas a
los recuerdos
Teníamos una
devoción
Y una
mentira sagrada
Teníamos la
religión del sexo
Teníamos un
hogar incompleto
Y todo fue
tan etéreo;
Tus ojos
astrales,
Tu pecho
infinito,
Me voy a ir
a morir un poco más
Dentro de tu
caparazón
Para encontrarle
sentido a mis palabras;
Toda esta
muerte nos ha hecho un poco más bellos.
Sebastián Oyanedel Davison - Enero 2016
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