Ansío
En una orgía de vírgenes
catatónicamente ambigua;
reconozco tus labios indecentes, rancios y mordidos,
como metidos por ahí entre las vísceras
Soy la carne dentro de tu piel,
y los lagrimales que refriegas
Diáfano rostro inconcluso
de pura soberbia,
con un dragón fumando a mi lado
Eso es lo que tengo metido dentro de las costillas:
un coro de lobos narcisos,
impíos y sexuales
¿Te beso los dedos?
quiero que sientas la temperatura y la humedad
que puede alcanzar mi soledad
a ver si esa necesidad de falsedad
que tenemos incrustada en la boca
nos la pudiéramos lamer
¿Me puedo sentar a los pies de la cama?
quiero ver las arrugas que tienen
las esquinas de tus pómulos
Un mar de dientes quebrados
es lo que tengo en la garganta,
un violín desafinado, descuartizado
mutilado, violado, desangrado, vomitado,
intoxicado, enterrado, desenterrado, escupido,
afeitado, rasurado, eyaculado, inseminado, incinerado,
reventado, adormecido, acariciado,
el contacto de una mente y otra …
¿Cuál será la forma que torna una lágrima cuando
se revienta en el suelo?
Podría lamer cada movimiento que efectúa tu boca
al sonreír
pero la soledad nos ha vuelto tan reales,
Acuéstame entre tus piernas
y léeme alguno de los versículos
de la biblia de nuestras mentiras,
los protocolos de la hipocresía;
Ansío
las pinturas que tienen tus ojos,
la música que tiene tu mente,
el caos que hay dentro de tu cuerpo;
todo eso ansío.
Escrito por Sebastián Oyanedel Davison
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