Dormir Escuchándote
Aquí abrazados a la orilla del atardecer
en un beso parecido a la muerte;
atormentados de tanta incertidumbre,
mirándote,
sonriéndote,
desvelándome,
corrompiéndote.
Aquí abrazados de tanto miedo y placer;
quisiera que este momento no terminara nunca,
tú viéndome escribir
y yo mirándote de reojo.
Quiero agradecer cada minuto de tu respiración,
cada hermosa duda,
cada angustia en el pecho que me has regalado;
en este amor tan omnipresente y sagrado,
y todas las mentiras que hemos convertido en música.
Ahora ¿Cómo se supera esto?
deberíamos saberlo de alguna forma,
pareciera que volviese a ser un niño.
Quiero sólo comerme el olor de tu piel,
morderte las venas,
distorsionar tu dimensión,
y alterar nuestra cordura
¿Me invitas a ese lugar?
llévame a tu luna,
hazme incompleto;
quiero aprender de ti,
quiero dormir escuchándote,
y hacer de cuentas que esto no se termina,
¿Me acuestas?
tengo un par de palabras que quisiera decirte,
y sólo las insinuaré
Ese será nuestro lenguaje,
mi boca está hecha para la tuya
pero qué difícil es probarla.
Cada vez que estoy a solas contigo,
me siento
libre y confundido,
alegre y molesto,
infinitamente nervioso;
por eso quisiera que este momento no terminara,
este momento de locura,
aquí abrazados a la orilla de la cama.
Tú eres mi hogar,
mi amanecer,
mi sangre hirviendo,
mi descontrol,
y todo lo insano que pueda conocer.
Tu mirada dentro de mí,
la humedad de tu boca,
todo aquello
es parte de mi locura
¿Quieres ser parte de ella?
Escrito por Sebastián Oyanedel Davison
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