Quiero estar
contigo cuando se muera el sol,
Y quiero
estar abrazándote,
Quiero romper
cada uno de tus paradigmas
Y secuestrarte
de la lógica
Hacer de
cuentas que has perdido la cordura,
Y no quieres
recuperarla,
Ahí estoy
para ti;
Deseándote,
Mintiéndote,
Bebiéndote…
Quiero beberme
cada minuto de tu boca,
Y quiero que
mi espina dorsal se estruje de tanta humedad,
Que mi
garganta se desprenda
Y las
costillas se muelan,
Quiero beberme
cada espacio de ti,
Ahí;
Cuando se
muera el sol,
De tanta azúcar
roja,
¿Quieres
probarlo?
Mastica el
sol,
¿Qué tan
caliente está?...
Mi sangre
está hirviendo por tocarte,
y estoy
trastornado;
mi mente
viaja a la tuya como una polilla hacia el fuego,
y aun así
quiero beberte,
que el
cuello se me apriete de calor,
que los
pómulos se desfiguren,
que mi pecho
se desvincule
y me maree,
que quiera
ahogarse en ácido
para sentir
algo más suave de lo que ya siente
Porque te
desea y quiere beberte,
Tu sumergida
en el whisky,
En el tabaco
rancio,
En el sol
que te alumbra los hombros y la mejilla,
A ti te
deseo y quiero beberte
De tal
manera que no quede nada de ti
Y no pueda
seguir bebiéndote,
Aunque me
desquicie de las ganas,
Te quiero;
Eres las
calles mojadas que me gusta cruzar cuando apenas para de llover,
Eres las
hojas que me gusta hacer crujir,
Eres whisky
y aguardiente,
Los sueños
que me tienen las neuronas hechas pedazos,
Y eres lo
que me da sed…
Hazme sentir
aquella sed,
Que le da
sentido a mis horas
Y mis días...
Sebastián Oyanedel Davison - Enero 2015
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